Después de la experiencia del viernes por la noche tenía una fijación de ideas difícil de posponer. Me refiero a la instalación de la nueva montura en el OACP. Ante esas ganas irrefrenables decidí pasar el domingo en el observatorio para dedicarme a las labores de adaptación del nuevo equipo.
No pude evitarlo. Antes de retirar la montura antigua me quedé mirándola con cierta pena, pues han sido más de ocho años trabajando juntos y nunca me ha defraudado. Hice una foto para el recuerdo que diera fe de que se cumplía una etapa y comenzaba otra. Ya sabéis lo sentimentales que podemos llegar a ser cuando se trata de hablar de nuestro equipo de observación.
Mi vieja compañera a punto de ser destronada. Pero con dignidad.
Enseguida sobrepuse la base de la montura LXD75 que, al ser de dimensiones muy similares, no requirió hacer grandes transformaciones en el sistema de anclaje. En realidad bastó con practicar tres simples taladros para ajustarla. Os dejo algunas imágenes del proceso.
Adaptación del anclaje a la columna.
Nivelación.
Aspecto final tras la colocación, ajuste y nivelado.
El paso siguiente fue la colocación del tubo y todos los accesorios. Tampoco esta vez hubo que hacer nada especial ya que las dos monturas utilizan el mismo tipo de cola de milano. Incluso la barras de contrapeso tiene el mismo diámetro y pude aprovechar las mismas pesas. Vamos, miel sobre hojuelas, que se dice. Tras el proceso preliminar de balanceado del telescopio hice una prueba de movimiento de ejes y las sensaciones fueron buenas: el sistema de transmisión movió sin problemas todo el conjunto tanto en Ascensión Recta como en Declinación (tubo Newton de 200 mm + Refractor de 70 mm en paralelo + Cámara CCD + buscador + Puntero laser). Si el tiempo lo permite, el viernes próximo haré las primeras pruebas: puesta en estación y captura de imágenes CCD.
Como en todas estas tareas no había consumido demasiado tiempo, decidí hacer el mismo proceso a la inversa: acoplar el tubo de 152 mm de Meade a la montura EQ5 y ésta, a su vez, al trípode nuevo. Una vez más no hubo problemas de compatibilidad entre los diferentes componentes y el conjunto hasta queda estético al combinar blancos y negros. Así las cosas, la montura EQ5 seguirá cumpliendo su función, eso sí, ahora de una manera mucho más relajada y menos intensiva. Se ha ganado el descanso. Ad Astra.
El flamante nuevo híbrido.